Vivienda «Roche»

El proyecto comenzó con la demolición total de la planta calle, incluyendo el solado y los falsos techos. Se aplicó fibra de vidrio en todos los muros interiores para evitar fisuras, y se alisaron las superficies para una distribución homogénea. La tabiquería y el techo se realizaron en pladur, y el solado se renovó con plaqueta porcelánica de 150×75. Las zonas de ducha y los frentes de inodoros se alicataron, y la planta semisótano se adaptó a las nuevas expectativas de la propiedad.

El interior se diseñó para satisfacer las necesidades del cliente, con un amueblamiento acorde a sus gustos. Las paredes se pintaron con pintura plástica satinada en color blanco, mientras que las zonas húmedas se revistieron con microcemento gris medio y oscuro. Los techos se pintaron en blanco mate, creando un ambiente armónico y equilibrado.

En el exterior, las paredes se revistieron con plaqueta porcelánica en las zonas indicadas, y el resto se pintó en blanco. El solado del porche se renovó con plaqueta porcelánica gris de 1,50×0,75, y en la zona de la piscina se instaló una plaqueta imitación madera de roble. El jardín se equipó con nuevas instalaciones de electricidad y fontanería, y las carpinterías de madera se repararon y limpiaron. Las puertas de entrada, garaje y parcela se sustituyeron por diseños en acero inoxidable y acero cortén.

La iluminación se basó en halógenos LED, tiras de LED en blanco cálido y RGB, downlights y luminarias de techo, creando un ambiente contemporáneo y lujoso. El proyecto se centró en aprovechar al máximo el espacio, con un diseño moderno y elegante que miraba siempre al mar. Los elementos decorativos de baja altura y colores neutros permitieron que la vista al mar fuera la protagonista, logrando un acabado de elegancia y modernidad.

El dormitorio principal se diseñó como un espacio diáfano, con una cama de grandes dimensiones, un mueble de lavabo enorme, una bañera de hidromasaje enrasada en el suelo, una cabina de ducha con Hamman y un vestidor totalmente organizado. La propuesta buscaba un minimalismo sensual, con una iluminación suave y filtrada, y juegos de reflejos con pequeños espejos biselados, creando un espacio romántico y mágico.

En los cuartos de baño se instalaron nuevos lavabos y armarios, mamparas de baño y ducha, y luminarias de techo y pared. La cocina se amuebló según las necesidades del cliente, con mobiliario en color blanco brillo y tapas de corian o similar.

Los paramentos verticales se pintaron en blanco, gris pizarra impermeable y gris beige impermeable, y se revistieron con azulejos de alta calidad en diferentes colores y texturas. Los paramentos horizontales se renovaron con pavimentos de porcelana y madera, creando un ambiente moderno y acogedor.

En resumen, el proyecto de renovación de esta vivienda en Conil de la Frontera logró combinar la elegancia y modernidad con la funcionalidad y el confort, siempre con la mirada puesta en el mar y en las necesidades del cliente.